lunes, 25 de noviembre de 2013

"Expediente Warren", el mal ajeno


"El miedo se define como una sensación de inquietud y ansiedad, provocada por la existencia o inminencia de un peligro."

"Expediente Warren" es la penúltima película del director australiano James Wan, famoso principalmente por sus dos exitosas películas “Saw” e “Insidious”. La cinta cuenta la historia, basada en hechos reales, sobre el matrimonio de demonólogos Ed y Lorrraine Warren, y los extraños sucesos que acontecieron en la nueva casa de la familia Perron a principios de la década de los 70.
La película habla sobre dos casos de los cientos que investigó el matrimonio Warren a lo largo de su vida. El primero, que sirve de introducción para que conozcamos a los Warren, trata sobre una siniestra muñeca poseída por un espíritu maligno.

El segundo es el que tuvo como protagonista los Perron, matrimonio compuesto por Carolyn, Roger y sus cinco hijas, que empiezan a sufrir extraños sucesos desde que se mudan a su nueva e impresionante casa en el campo. Carolyn, asustada tras la repetición de estos fenómenos extraños y el miedo de sus hijas, habla con los Warren para que les ayude con tan insólito problema.

La película, que fue un éxito este verano en las taquillas de todo el mundo, no puede decirse que se aleje de los clichés que caracterizan el subgénero de las casas embrujadas: una familia feliz, un nuevo hogar, objetos que se mueven, niños que tienen amigos invisibles, posesiones, exorcismos…  Sin embargo, por otro lado, al tratarse de una historia real, hay que tener en cuenta la delicadeza del director de no centrarse sólo en dar sustos (que los da, y muchos), sino que también se adentra en el drama de esa familia que está siendo acosada por espíritus que viven en su nueva casa.


Tengo que decir que me esperaba una cinta de terror continuo y con un susto tras otro, y debido a mis expectativas me quedé con ganas de más, por lo que no he visto la implacable película de terror de la que habla todo el mundo. Pero tengo que decir que la ambientación y recreación de los años 70 está logradísima, la inquietud que provoca al espectador con esos incomodísimos silencios perpetuos, y los 20 minutos finales, en los que todo el equipo de la película da el 100% para que sintamos el mal en nuestro asiento.

Es digno de mención como los dos personajes con mayor protagonismo y peso en el argumento de la cinta son mujeres. Por un lado la aterrorizada ama de casa Carolyn Perron, que ve cómo, primero en sus hijas y luego en sus propias carnes, está siendo víctima de un ente maligno, y cómo no puede hacer casi nada para protegerse. Por otro lado está Lorraine Warren, la demónologa a la que acude Carolyn, dotada para la clarividencia, y que debido a su profesión también ha experimentado vivencias con seres del más allá.

Respecto al apartado actoral, hay que destacar a las dos actrices que dan vida a las dos mujeres mencionadas antes. La estupenda Vera Farmiga da vida a Lorraine Warren, la clarividente encargada de acabar con la maldición que sufren los Perron, y Lili Taylor, que ya tuvo su experiencia paranormal en la infravalorada “The haunting (la guarida)”, interpreta a la sufrida Carolyn Perron. Patrick Wilson es Ed Warren, en un papel menos exigente y protagónico que el de la anterior “Insidious”, y que repite con James Wan en otra historia de fantasmas.


James Wan, director que saltó a la fama con la sorprendente “Saw”, se aparta del estilo efectista y videoclipero que le dio fama, realizando una puesta en escena envidiable, calmada y pausada, algo que ya se pudo ver en “Insidious”. Es el primer trabajo en el que no colabora con el guionista y actor Leigh Whannell, y hay que decir que esta “separación” le sienta muy bien, donde parece haber adquirido una formal madurez narrativa, donde los hechos suceden cuando tienen que hacerlo, sin tener que adornar el guión de efectismo innecesarios. El guión, por cierto, escrito por los hermanos Hayes, es de los mejores del cine de terror reciente.

Por último, recomendar esta agobiante película, donde lo que mas inquieta es saber que, edulcorando los hechos o no, esta historia tuvo lugar hace no mucho tiempo, pudiendo replantear a más de un espectador una posible mudanza o los inminentes regalos de Navidad.

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