lunes, 18 de noviembre de 2013

"The Bling Ring", atraco Shore



"¡Vámonos de compras!"

“The Bling Ring” está basada en los robos acontecidos hace unos pocos años en Los Ángeles, cuando unos jóvenes se dedicaron a allanar casas de famosos y a robar joyas que encontraban en el interior de las mismas. La última película de Sofia Coppola nos cuenta como comenzó y se desarrolló una historia que empezó como un hobby y acabó como uno de los casos más mediáticos de los últimos años.

La historia nos habla sobre un grupo de jóvenes cuyo único objetivo en la vida parece salir de fiesta, drogarse y vestir como sus iconos. Y lo cumplen a rajatabla, puesto que tienen un estilo de vida bastante acomodado gracias a sus padres, quienes, por cierto, no parecen hacerles mucho caso.

Como he comentado antes, comienzan a invadir casas de famosos que idolatran con el objetivo de vivir durante unas horas como ellos, y, ya de paso, sustraer vestidos y joyas valorados en una cantidad económica bastante elevada.


La película dura menos de hora y media y se pasa volando, pero también hay que achacarle que durante la gran mayoría del metraje los personajes no evolucionan y sólo vemos cuál es la rutina de su día a día, y cómo se repite continuamente: fiesta, alcohol, esnifar cocaína, allanamiento, bailar, robar y huir de la policía.

Llama la atención la nula seguridad que tienen las lujosas mansiones que son asaltadas, y la pasmosa facilidad con la que los protagonistas acceden a ellas (internet es una mina), aunque tampoco les ayudó mucho la poca discreción que guardaban sobre sus asaltos nocturnos, ya fuese contándoselo al resto de sus amigos, o bien publicando en Facebook fotos con los botines de sus clandestinas andaduras. Es verdad que la película está basada en hechos reales, aunque cuesta creer si estos aspectos se relatan tal como sucedieron o, por el contrario, es una licencia artística de su directora.


Respecto al reparto, destaca sobre todos en esta pandilla la cada vez mejor Emma Watson, que reluce como esa niñata odiosa y endiosada sin ninguna meta en la vida más allá de la fiesta de la próxima noche. Aquí Watson demuestra una facilidad para cambiar de registro, conocida como esa inteligente y sabelotodo Hermione Granger de la saga “Harry Potter”, y ahora interpretando a la insufrible Nicki de la presente película.

La directora Sofia Coppola, debutó con ese peculiar cuento con anticipado final, “Las vírgenes suicidas”, a la que siguió su película más laureada y famosa, “Lost in translation”, que le proporcionó su primer y único oscar hasta la fecha, en la categoría de mejor guión original. Aquí combina de manera sobresaliente el uso de la imagen y el sonido, dando la sensación de estar viendo en algunas ocasiones un estilizado videoclip. Lástima que la labor de dirección se vea lastrada por un guión que, si bien está cargado de buenas intenciones y hace una buena crítica sobre el pijerío actual, también hay que decir que únicamente se encarga de repetir la misma anécdota varias veces.

Una película original y fresca en la cartelera pero que puede aburrir si no interesa la historia en la que está basada. Al menos, es entretenida y es un regalo para la vista y para los ojos.

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