"¡Vámonos de compras!"
“The Bling Ring” está basada en los robos acontecidos hace
unos pocos años en Los Ángeles, cuando unos jóvenes se dedicaron a allanar casas de famosos
y a robar joyas que encontraban en el interior de las mismas. La última película de
Sofia Coppola nos cuenta como comenzó y se desarrolló una historia que empezó
como un hobby y acabó como uno de los casos más mediáticos de los últimos años.
La historia nos habla sobre un grupo de jóvenes cuyo único
objetivo en la vida parece salir de fiesta, drogarse y vestir como sus iconos.
Y lo cumplen a rajatabla, puesto que tienen un estilo de vida bastante
acomodado gracias a sus padres, quienes, por cierto, no parecen hacerles mucho
caso.
Como he comentado antes, comienzan a invadir casas de
famosos que idolatran con el objetivo de vivir durante unas horas como ellos, y, ya de paso, sustraer vestidos y joyas valorados en una cantidad económica
bastante elevada.
La película dura menos de hora y media y se pasa volando,
pero también hay que achacarle que durante la gran mayoría del metraje los
personajes no evolucionan y sólo vemos cuál es la rutina de su día a día, y cómo se repite
continuamente: fiesta, alcohol, esnifar cocaína, allanamiento, bailar, robar y huir de la policía.
Llama la atención la nula seguridad que tienen las lujosas
mansiones que son asaltadas, y la pasmosa facilidad con la que los
protagonistas acceden a ellas (internet es una mina), aunque tampoco les ayudó mucho la poca discreción que guardaban sobre sus asaltos nocturnos, ya fuese contándoselo al resto de sus amigos, o bien publicando en Facebook fotos con los botines de sus clandestinas andaduras. Es verdad que la película
está basada en hechos reales, aunque cuesta creer si estos aspectos se relatan
tal como sucedieron o, por el contrario, es una licencia artística de su
directora.
Respecto al reparto, destaca sobre todos en esta pandilla la
cada vez mejor Emma Watson, que reluce como esa niñata odiosa y endiosada sin
ninguna meta en la vida más allá de la fiesta de la próxima noche. Aquí Watson
demuestra una facilidad para cambiar de registro, conocida como esa inteligente y
sabelotodo Hermione Granger de la saga “Harry Potter”, y ahora interpretando a la insufrible
Nicki de la presente película.
La directora Sofia Coppola, debutó con ese peculiar cuento
con anticipado final, “Las vírgenes suicidas”, a la que siguió su película más
laureada y famosa, “Lost in translation”, que le proporcionó su primer y único
oscar hasta la fecha, en la categoría de mejor guión original. Aquí combina de
manera sobresaliente el uso de la imagen y el sonido, dando la sensación de
estar viendo en algunas ocasiones un estilizado videoclip. Lástima que la labor
de dirección se vea lastrada por un guión que, si bien está cargado de buenas
intenciones y hace una buena crítica sobre el pijerío actual, también hay que
decir que únicamente se encarga de repetir la misma anécdota varias veces.
Una película original y fresca en la cartelera pero que
puede aburrir si no interesa la historia en la que está basada. Al menos, es
entretenida y es un regalo para la vista y para los ojos.
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