“Sé valiente por ella. Sé un hombre por mí.”
“Prisioneros” es la última película que se estrena en
nuestro país del director canadiense Denis Villeneneuve (tiene pendiente
“Enemy”), en la que se nos cuenta una de las peores tragedias que puede vivir
una familia y que, desgraciadamente, sucede demasiado últimamente: la
desaparición de un hijo. En este caso, se nos cuenta la desaparición de dos
niñas pequeñas de seis años.
La película cuenta cómo se desarrolla la investigación del
caso, encabezada por el detective Loki, y el día a día de los padres de las
niñas. Cuando el primer sospechoso es detenido tras huir de la policía y posteriormente
liberado a falta de pruebas, el padre de una de las niñas, totalmente
convencido de que el sospechoso es culpable, hará todo lo posible por
encontrarlas, aunque para ello tenga que utilizar métodos que rebasen la ley.
Hacía tiempo que no veía una película del género del
suspense tan potente como lo es “Prisioneros”. No sólo nos habla de un caso que
daría para una entretenida película de intriga, sino que también ahonda en la
psicología de los personajes, contándonos cómo cambia su comportamiento y hasta
dónde están dispuestos a llegar cuando se les ha llevado a una situación
límite. Quién no llega a comprender la decisión de Keller cuando decide
secuestrar al escalofriante sujeto que es el único detenido en la
investigación, para que confiese dónde está el paradero de las pequeñas, a
pesar de que para ello tenga que torturarle día y noche.
La película es un vibrante thriller que no se hace lento
para nada a pesar de sus dos horas y media, y en el que constantemente están
ocurriendo cosas. Los personajes, a medida que pasan los días, van cayendo en
un abismo del que cada vez es más difícil salir, como se ve claramente con los
dos progenitores masculinos, cuyo límite de acciones varia considerablemente en
uno y otro.
La cinta mantiene un ritmo envidiable y posee una atmósfera
desasosegante, en la que cada paso que se da para resolver el caso sólo parece
complicar las cosas cada vez más, por mucho empeño que le ponga el implacable
detective Loki. Si tuviera que destacar algunas escenas, podrían ser esas en
las que Keller idea nuevas formas en las que hacer hablar a Alex Jones, o cada
uno de los interrogatorios de los que es partícipe Loki.
Respecto a los actores, lideran el reparto dos
sobresalientes Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal, interpretando al desesperado
padre Keller, y al tenaz y peculiar detective Loki respectivamente. No sería
raro que estuviesen nominados a los principales premios, sobre todo el segundo,
haciendo un maravilloso trabajo donde destacan la contención y la impotencia
latente. También brillan el escalofriante Paul Dano, en el papel del sospechoso Alex Jones, haciendo uno de esos
papeles tan difíciles de que salgan bien, por lo repelente que resulta y por la
ambigüedad que encierra. Una irreconocible Melissa Leo interpreta a la tía de
este último, y también luce un eficaz Terrence Howard haciendo del padre de la otra niña, cómplice de
Jackman en el secuestro de Alex. Como las sufridas madres se encuentran en papeles muy
breves Viola Davis y Maria Bello.
En cuanto a la dirección y al guión, que corren a cargo de
Villeneuve y Aaron Guzikowski respectivamente, hay que señalar el mérito que
tiene la puesta en escena de un guión que, si bien trata un tema bastante
manido en el cine, se desarrolla de una forma no tan común, en la que priman
los personajes y sus acciones, dejando en un inmediato segundo plano la
investigación policial con sus recovecos y laberintos.
Por ultimo, sólo me
queda recomendar esta sobresaliente película que os tendrá angustiados durante
dos horas y media, y que, al salir del cine, no se os podrá quitar de la
cabeza. Personalmente, la mejor película del año hasta la fecha.
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