martes, 12 de noviembre de 2013

"Prisioneros", cruzando el límite



“Sé valiente por ella. Sé un hombre por mí.”

“Prisioneros” es la última película que se estrena en nuestro país del director canadiense Denis Villeneneuve (tiene pendiente “Enemy”), en la que se nos cuenta una de las peores tragedias que puede vivir una familia y que, desgraciadamente, sucede demasiado últimamente: la desaparición de un hijo. En este caso, se nos cuenta la desaparición de dos niñas pequeñas de seis años.

La película cuenta cómo se desarrolla la investigación del caso, encabezada por el detective Loki, y el día a día de los padres de las niñas. Cuando el primer sospechoso es detenido tras huir de la policía y posteriormente liberado a falta de pruebas, el padre de una de las niñas, totalmente convencido de que el sospechoso es culpable, hará todo lo posible por encontrarlas, aunque para ello tenga que utilizar métodos que rebasen la ley.

Hacía tiempo que no veía una película del género del suspense tan potente como lo es “Prisioneros”. No sólo nos habla de un caso que daría para una entretenida película de intriga, sino que también ahonda en la psicología de los personajes, contándonos cómo cambia su comportamiento y hasta dónde están dispuestos a llegar cuando se les ha llevado a una situación límite. Quién no llega a comprender la decisión de Keller cuando decide secuestrar al escalofriante sujeto que es el único detenido en la investigación, para que confiese dónde está el paradero de las pequeñas, a pesar de que para ello tenga que torturarle día y noche.


La película es un vibrante thriller que no se hace lento para nada a pesar de sus dos horas y media, y en el que constantemente están ocurriendo cosas. Los personajes, a medida que pasan los días, van cayendo en un abismo del que cada vez es más difícil salir, como se ve claramente con los dos progenitores masculinos, cuyo límite de acciones varia considerablemente en uno y otro.

La cinta mantiene un ritmo envidiable y posee una atmósfera desasosegante, en la que cada paso que se da para resolver el caso sólo parece complicar las cosas cada vez más, por mucho empeño que le ponga el implacable detective Loki. Si tuviera que destacar algunas escenas, podrían ser esas en las que Keller idea nuevas formas en las que hacer hablar a Alex Jones, o cada uno de los interrogatorios de los que es partícipe Loki.


Respecto a los actores, lideran el reparto dos sobresalientes Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal, interpretando al desesperado padre Keller, y al tenaz y peculiar detective Loki respectivamente. No sería raro que estuviesen nominados a los principales premios, sobre todo el segundo, haciendo un maravilloso trabajo donde destacan la contención y la impotencia latente. También brillan el escalofriante Paul Dano, en el papel del sospechoso Alex Jones, haciendo uno de esos papeles tan difíciles de que salgan bien, por lo repelente que resulta y por la ambigüedad que encierra. Una irreconocible Melissa Leo interpreta a la tía de este último, y también luce un eficaz Terrence Howard haciendo del padre de la otra niña, cómplice de Jackman en el secuestro de Alex. Como las sufridas madres se encuentran en papeles muy breves Viola Davis y Maria Bello.

En cuanto a la dirección y al guión, que corren a cargo de Villeneuve y Aaron Guzikowski respectivamente, hay que señalar el mérito que tiene la puesta en escena de un guión que, si bien trata un tema bastante manido en el cine, se desarrolla de una forma no tan común, en la que priman los personajes y sus acciones, dejando en un inmediato segundo plano la investigación policial con sus recovecos y laberintos.

Por ultimo, sólo me queda recomendar esta sobresaliente película que os tendrá angustiados durante dos horas y media, y que, al salir del cine, no se os podrá quitar de la cabeza. Personalmente, la mejor película del año hasta la fecha.

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