“Un poco de esperanza
es efectivo; demasiado es peligroso. Una chispa está bien, siempre y cuando se controle.”
“Los Juegos del Hambre” es la adaptación de la primera parte
de la exitosa trilogía homónima de Suzanne Collins. La primera vez que la vi esperaba
encontrarme con un refrito de “Crepúsculo” y “Harry Potter”. Afortunadamente no
fue así y me encontré con un blockbuster muy bien dirigido, con una historia interesantísima,
y que además incitaba a la reflexión. Tras verla una segunda vez hace poco con
el motivo del estreno de la segunda parte, mis impresiones no cambiaron: estamos ante un colosal blockbuster.
La película está ambientada en un futuro cercano y distópico,
en el que tras las rebeliones de las clases bajas ante un poderoso gobernante,
se ven encerradas en doce distritos, similares a los campos de concentración
del Tercer Reich. En esta sociedad, cada año se celebran “Los Juegos del Hambre”,
un programa de televisión consistente en un concurso en el que un chico y una
chica de cada distrito son elegidos para matarse entre ellos hasta que
sólo quede uno, mientras la élite adinerada se divierte viendo el dantesco espectáculo.
“Los juegos del Hambre “ se centra en la historia de Katniss
Everdeen, una joven que vive en el Distrito 12 que, tras la elección de su
hermana pequeña en el concurso, decide sustituirla para salvarla una muerte
segura. Katniss y el otro joven elegido de su distrito, Peeta Mellark, son
llevados al Capitolio, región que suponemos líder en economía y residencia de
las clases elitistas, donde serán entrenados y preparados para la competición más
dura de sus vidas.
La película explota la premisa enmarcada en el género de las
distopías, pero al contrario de lo que vimos en “The Purge”, ésta si aprovecha
todo su filón para ofrecernos una malsana crítica hacia una sociedad cada vez más
violenta e insensibilizada, cosa a la que promueven los poderosos medios de comunicación.
Creo que otra de las causas del éxito de la película es que
la visión que nos ofrece en un futuro no está tan alejada como podría haber
sido si la película se hubiese estrenado hace unos 20 años o más. Ahora conocemos el poder de las tecnologías, las
redes sociales y como está presente en cada minuto de nuestras vidas, y si bien
tiene sus ventajas, los inconvenientes que ofrece también son abundantes.
Da miedo observar el cachondeo que se trae ese odioso
presentador encarnado magistralmente por Stanley Tucci cuando comenta las
reglas de “Los Juegos” o el ensañamiento de algunos concursantes contra otros,
como se observa en los primeros minutos del concurso.
La película tiene escenas que ponen la carne de gallina: la
hermana de Katniss es elegida y el silencio y los gritos que suceden a este
momento; la cuenta atrás para que comiencen “Los Juegos”, mientras vemos a los
espectadores frente a sus pantalla, cuenta interrumpida cuando vemos a al amigo
del distrito de Katniss, Gale, solo en el bosque, como una forma de protesta
ante el sádico concurso; la muerte de algunos participantes, o la confesión de
uno de ellos. Son momentos inauditos tanto por su osadía y novedad en el cine
comercial por como lo excelentemente realizados que están.
En cuanto al reparto, la encargada de dar vida a Katniss es
la espectacular Jennifer Lawrence, decisión que no podría ser más acertada
teniendo en cuenta que las vidas de Katniss y Lawrence tienen muchos
paralelismos. Lawrence había trabajado siempre en el círculo del cine independiente,
culminando con una nominación al oscar por su actuación en la áspera “Winter’s
bone”. A pesar que a partir de ahí empezó a su nombre empezó a sonar con fuerza en la industria, no fue hasta el
estreno de esta película cuando saltó a la fama y se convirtió en el ojito
derecho de Hollywood. Además, Lawrence también comparte otros rasgos con su
personaje: desparpajo, espontaneidad y naturalidad, algo que le hace muy única
y especial en el encorsetado panorama cinematográfico. La acompaña un
espectacular reparto en el que se encuentran Woody Harrelson, Elizabeth Banks,
Lenny Kravitz, el mencionado Stanley Tucci, Wes Bentley, Toby Jones y Donald
Sutherland.
El encargado de la puesta en escena es Gary Ross, que entre
sus anteriores trabajos cuenta con la dirección de escritura de “Pleasantville”,
en la que aparecía el reciente y tristemente fallecido Paul Walker, y “Seabiscuit”,
basada en una historia real. Ross no se corta a la hora de mostrar escenas
violentas o imprimir realismo mediante una eficaz cámara en mano, cosa por la
que inexplicablemente ha sido criticado. Como curiosidad hay que decir que el encargado
de la dirección de la segunda unidad es Steven Soderbergh.
Para finalizar, no me queda nada más que recomendar este monumental
blockbuster con aspiraciones artísticas y que se erige muy por encima de sus
directas competidoras, tanto por género como por público. Como todos sabemos,
su secuela, “En llamas”, acaba de estrenarse en cines, y ya la sitúan incluso
por encima de su predecesora. Si con la primera las expectativas eran
bajísimas, con la segunda las tengo por las nubes, así que no he visto nada de
publicidad para no tener prejuicios. Tan pronto como vaya a verla al cine, os
escribiré su correspondiente crítica. Y antes de que se me olvide:
“Felices Juegos del Hambre, y que la suerte
esté siempre de vuestra parte”.
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