"Si crees que puedes vivir en este mundo y no formar parte de él, te equivocas, abogado."
“El Consejero” es la última película de Ridley Scott, que
cuenta con el primer guión original escrito para el cine del reputado escritor
Cormac McCarhty, y protagonizada por estrellas de primera fila como Michael
Fassbender, Brad Pitt, Javier Bardem, Penélope Cruz y Cameron Díaz.
La película cuenta una complicada historia sobre un abogado
que hace pequeños trapicheos relacionados con el narcotráfico, pero intentando no involucrarse
demasiado, de manera que así pretende ganar dinero fácil pero sin mancharse las
manos. Como pronto descubrirá, las cosas no son tan fáciles como parecen en un
principio, y cuando quiera darse cuenta de esto, pronto se verá metido en una
espiral de violencia y terror, que dejará un enorme reguero de sangre.
A pesar de las críticas que obtuvo en Estados Unidos tras su
estreno, me acerqué a verla con grandes expectativas debido a las razones que expuse en un post anterior. Tanto la historia, como su director y plantel de
protagonistas, me parecían motivos de sobra para acercarse a este descarnado
thriller que gira sobre la codicia, la ambición y los escrúpulos (o la ausencia
de ellos).
Para que nadie se lleve a engaño, los que vayan a verla y esperen
encontrarse con el típico entretenimiento hollywoodiense en el que hay unos
buenos y unos malos, una ensalada de tiros, unos cuantos chascarrillos y un
final feliz, van a verse decepcionados. La película es un “anticliché” continuo
respecto a las películas de temática similar que nos ofrecen las producciones
americanas, siendo un film denso, con muchos diálogos, con pocas escenas de
acción pero impactantes y muy bien rodadas, y con algo de sexo.
Ridley Scott nos avisa ya desde la primera escena que no
vamos a ver una típica película comercial: Michael Fassbender y Penélope Cruz
están retozando entre sábanas blancas, y mientras coquetean un poco, él le
practica a ella sexo oral. Sexo oral en una película de Hollywood. En la misma
frase. Y lo mejor de todo es que es verdad, cosa que hay que agradecer tanto a
Scott por su atrevimiento en la puesta en escena, como a Cormac McCarthy por su
osadía en la escritura.
La película es una sorpresa continua que seguro que a más de
uno ha dejado con la boca abierta (conmigo lo consiguió). Hay escenas que desde
ya van a quedar para el recuerdo, como la escena de sexo entre Cameron Díaz y
un peculiar partenaire, la secuencia con la que se abre la película, la segunda
conversación entre los personajes de Brad Pitt y Michael Fassbender, o los
medidos y concentrados estallidos de violencia que vemos en la película, que
parecen incidentes aislados, pero que sirven para desahogar un poco la tensión
y la atmósfera opresora que puebla en todo el relato.
Respecto al reparto, no hay ni uno sólo que desentone. Todos
están increíbles como sus personajes, pero si tuviera que
destacar a dos, me quedaría con Javier Bardem y Brad Pitt. En cuanto al actor español, hace tiempo pensaba que
se le tenía demasiado sobrevalorado en nuestro país por ser de esos actores
pioneros que fue a Hollywood a probar fortuna y la consiguió de sobra, y
también por su multipremiado papel en la película de los hermanos Coen “No es país
para viejos”, que ya he visto dos veces
y me sigue dejando bastante frío, pero hace tiempo me demostró lo equivocado que estaba. Como ya vimos en “Skyfall”, Bardem se
hace dueño de un personaje excéntrico y verborreico, pero en la cinta que nos ocupa alcanza cotas
más elevadas, ya que Bardem no interpreta al narcotraficante Reiner, él es
Reiner. Bardem es ese peculiar narcotraficante argentino de peculiares andares
y de verbo suelto. Lo suyo no tiene palabras. Pero Brad Pitt tampoco se queda
atrás, con uno de los personajes más interesantes y el que menos aparece en
pantalla, pero con las mejores reflexiones de la película. Aun así, Brad Pitt se aprovecha de su imponente físico para
mostrarnos a un chulesco personaje que siempre se cree un paso por delante. El
resto de los integrantes son Michael Fassbender, que da vida al anónimo
consejero (“abogado” en la versión española), siendo uno de los que, conscientemente o no, más líos
provoca. Penélope Cruz es la novia del abogado, con el personaje menos
relevante de la función, y Cameron Díaz con un personaje con bastante más
protagonismo del que se vende en la promoción.
También hay que mencionar el impresionante número de actores reconocidos que aparecen en la película aunque sea para salir menos de cinco minutos.
Alguno de estos intérpretes son Bruno Ganz, Dean Norris, Natalie Dormer, Rubén
Blades, Édgar Ramírez, John Leguizamo, Goran Visnjic, Rosie Pérez o el español
Fernando Cayo.
El director Ridley Scott,
fuertemente criticado por estar demasiado apegado al sistema y estar en una
etapa más rutinaria que artística, preocupado por la cantidad y no la calidad, nos ofrece una lección de cine de
primerísima calidad con un relato atrevidísimo gracias al libreto de Cormac
McCarthy, una historia puede que muchas veces contada, pero a la que el autor
imprime su particular sello, importándonos más el cómo nos lo cuenta que lo que
nos cuenta.
Y por último quería resaltar un apunte sobre el título de la película. El título original es "The Counselor", que aquí se ha traducido como "El consejero". Pues bien, Counselor es el nombre que figura en los créditos para el personaje de Fassbender, y así es cómo se dirigen a él todos los personajes, pero en la versión española se ha traducido con el nombre de abogado. Entonces mi pregunta es ésta: ¿Por qué no se tradujo el título como "El Abogado" o directamente llamar al personaje de Fassbender Consejero? En fin, cosas incomprensibles de las distribuidoras una vez más.
Por todo lo expuesto en esta entrada, hay que recomendar
este enorme entretenimiento que os dejará pensando una vez hayáis abandonado la
sala y que, en mi ranking personal, se erige como una de las mejores películas
de este fructífero 2013, y una de las más gratas sorpresas que se encuentran
actualmente en cartelera.
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