"No deberías confiar en nadie. Hoy en día, no".
“El libro negro” es la última película dirigida hasta la
fecha por el holandés Paul Verhoeven. La película cuenta la historia de una
joven judía que debe estar en constante huida de los nazis desde el día que una
bomba cae sobre la casa de la familia holandesa que la refugiaba.
La cinta es un entretenidísimo relato de aventuras que no da
respiro alguno al espectador, pues nos sitúa como acompañantes de la joven en
su travesía para huir de los nazis, juntamente cuando el Tercer Reich daba sus
últimos coletazos de vida. A pesar de las más de dos horas que dura, el ritmo
no decae nunca, cosa que hay que agradecer a su director.
Hay quien puede acusar que el tema del nazismo está muy
manido en el cine y que ya no queda nada nuevo que contar sobre él. Estando de
acuerdo o no con esta opinión, que es muy respetable, hay que señalar que aquí
el movimiento nacionalsocialista sirve para ambientar las aventuras y
desventuras de la desdichada protagonista. Desde luego que también se critica
el movimiento, pero hay algo, que me parece mucho más valiente, atrevido y
original, que es también realizar una crítica sobre algunos de los vencedores
sobre el nazismo, en esa magnífica y
durísima escena en la que Rachel, la protagonista, es humillada por algunos
holandeses ebrios de poder (y bastante alcohol), al querer mantener su dignidad
intacta. Verhoeven nos muestra lo que ocurre cuando se lucha contra un poderoso
enemigo, y al final acabas actuando de la misma manera que ellos.
La cinta, como ya he dicho, es una magnífica sucesión de
aventuras aderezada de suspense e intriga en cada paso que da Rachel, y en
el que la acompañamos, implica una serie de consecuencias que no sabemos de qué
manera podrían afectarla en el futura. Salvando las distancias, las peripecias
de la protagonista de esta historia me hacen ver un cierto paralelismo con las
vividas por Wladyslaw Szpilman, el pianista polaco que vivió una autentica
odisea durante el nazismo para huir de una muerte que parecía segura y que
arrasaba siempre que Szpilman estuviese cerca, en ese desgarrador peliculón de
Roman Polanski, “El Pianista”.
Encarnando a la sufrida protagonista de esta historia se
encuentra la bellísima holandesa Carice van Houten, que consiguió lanzar
definitivamente su carrera con esta película. Además de conseguir inmediata
empatía por ella y por todo lo que le concierne, muestra un impresionante don
de lenguas al manejarse en 3 idiomas, aparte de su holandés propio: israelí,
alemán e inglés. Actualmente la podemos ver en la serie “Juego de Tronos”, y
hace poco en el cine con la insípida pero entretenida “El quinto poder”.
También sobresale Thom Hoffman como Hans y Sebastian Koch como el capitán nazi
de buenas intenciones.
El director Paul Verhoeven es el encargado de contarnos una entretenidísima
y vibrante historia increíblemente amena y probablemente, una de las mejores de
su dilatada carrera, sino la mejor. Verhoeven y el guionista Gerard Soeteman
tardaron alrededor de 20 años en tener el guión definitivo, y hay que decir que
la espera ha merecido la pena.
Por último, recomendar este sobresaliente entretenimiento, y
si es posible, en su versión original, para así poder apreciar las excelentes
interpretaciones de los personajes envueltos en esta enrevesada trama de
aventuras.
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