jueves, 31 de octubre de 2013

"¡Suspense!", el silencio de los inocentes



"Quiero salvar a los niños, ¡no destruirlos!"

Con estos peculiares títulos de crédito empieza una película que creo que nunca ha recibido el trato que se merece. “¡Suspense!”, incomprensible traducción del original “The innocents”, puede parecer una película de terror a primera vista, pero que esconde lecturas muchas más profundas en su desarrollo, y que ha influido en multitud de títulos que se realizaron a posteriori, como sucede con “Los otros”.

La señorita Giddens es una mujer cuyos servicios solicita el tío de una pareja de hermanos, Flora y Miles, que se han quedado sin institutriz, por lo que el hombre pide a esta mujer que desempeñe ese cargo, aunque pone una serie de extrañas condiciones: que jamás se le moleste ni que se ponga en contacto con él pase lo que pase, pues esto es incompatible con el  nómada estilo de vida del que hace gala.


Cuando la mujer llega a la casa, es recibida con alegría por la criada, la señora Grose, y también por la pequeña Flora. A los pocos días, Giddens recibe una carta del colegio de Miles diciendo que éste ha sido expulsado; cuando le recogen en la estación de tren, Giddens queda prendada del encanto natural del niño, por lo que no se explica el motivo de dicha expulsión, algo que descubrirá más tarde.

(POSIBLES SPOILERS) A partir de ese momento es cuando la película coge fuerza y comienzan a revelarse los terribles secretos que esconde la casa, al mismo tiempo que vemos la aparición de fantasmas, y observamos el extraño y, a veces, cruel comportamiento de los niños. Es entonces cuando se empiezan a plantearnos algunas preguntas: ¿Existen de verdad los fantasmas? ¿No está la institutriz un poco perturbada? ¿Es la conducta de los hermanos algo perversa?

La primera vez que vi la película creía que los niños estaban poseídos y que los fantasmas eran una realidad, pero con un segundo visionado comprendí que la historia siempre se nos cuenta desde la perspectiva de la institutriz, la cual no parece estar en sus cabales, y que está muy impresionada por las muertes ocurridas antes de su llegada en la casa y de cómo esto afectó realmente a los pequeños hermanos (FIN DE SPOILERS).


Jack Clayton, director de películas como “El gran Gatsby” o “Un lugar en la cumbre”, es el encargado de la puesta en escena del guión de William Archibald y del famoso y polémico escritor Truman Capote, basado en la novela de Henry James “Otra vuelta de tuerca”. La película tiene ritmo y una atmósfera que hace que nos estremezcamos de miedo en varias escenas, como la primera aparición de Quint o el insólito final.

En cuanto a los actores, Deborah Kerr es quien se ocupa de interpretar a la misteriosa señorita Giddens, una mujer apocada al principio pero que luego evoluciona demostrando lo que es capaz de hacer cuando los enigmas que encierra la casa van saliendo poco a poco a la luz. Quienes dan cuerpo y voz a la pareja de hermanos son una dulce Pamela Franklin y un escalofriante Martin Stephens. También hay que destacar el breve pero carismático papel del tío de los niños, a quien da vida Michael Redgrave.


Llama la atención que para ser una película que se realizó hace más de 50 años haya escenas y temas que aún hoy en día cuesta ver en el panorama cinematográfico actual, como es la corrupción de menores, o las secuencias de los besos entre Miles y la señorita Giddens.

Por último, recomendar esta enorme película muy adecuada para una noche como ésta, puesto que da miedo (y mucho) al mismo tiempo que nos hace reflexionar.

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