“Oro, oro, orooooo”
Álex de la Iglesia es de esos directores que poseen un
estilo propio y muy reconocible en casi todas sus películas: humor hilarante,
personajes grotescos, abundantes dosis de violencia y clímax donde todo se
descontrola. Pues bien, si hubiese controlado un poco esta última
afición por el desmadre, podríamos estar hablando de la mejor película de toda
su filmografía.
La película comienza con un pequeño prólogo en el que vemos
como tres brujas, abuela (enorme Terele Pávez), madre (Carmen Maura) e hija
(Carolina Bang) están prediciendo el futuro que se les avecina, y hablan sobre
la llegada del “elegido”. Ese elegido es el hijo de Jose, padre divorciado
interpretado por Hugo Silva, que va a perpetrar un atraco en una tienda de “compro oro” en plena Puerta del Sol,
acompañado de Tony, un espléndido Mario Casas que debería prodigarse más en
este tipo de papeles. La escena del atraco, por la tensión que provoca, así por
como la comicidad que desprende lo absurdo de la situación (el hombre
invisible, Bob Esponja, el niño con las pistolas…) es de lo mejor que ha rodado
nunca el director vasco, como ha reconocido él mismo en varias entrevistas.
En la huida secuestran un taxi sumando otros dos personajes a la función, un pasajero cuyo
destino es Badajoz (enorme Manuel Tallafé) y un taxista aficionado al Muy interesante (cómico Jaime Ordóñez).
Esta parte de huida que compone en sí misma una pequeña road movie donde vamos
conociendo a los cuatro integrantes del vehículo es la que más gags tiene y la
que más carcajadas arranca.
Sin embargo, desde que llegan al pueblo que da título a la
película, el humor desaparece gradualmente dando paso a la acción y al
desenfreno, siendo la parte más esperada, el aquelarre, la más desdibujada de
todas y en la que todo el trabajo equilibrado ofrecido anteriormente salta por
los aires.
Respecto al apartado actoral, como protagonistas están Hugo
Silva y Mario Casas, muy alejados de sus anteriores papeles de tipos duros,
sobre todo el segundo, con un registro cómico que debería explotar más a
menudo. Respecto a las brujas, la que destaca de entre todas ellas es Terele Pávez
(¿para cuándo un Goya?) haciendo de matriarca que se las sabe todas y que junto
con su marido Adolfo, interpretado brillantemente por Enrique Villén, nos
regalan una carcajada tras otra. Eva, el papel de Carolina Bang, es quien hace
que el rumbo de la historia cambie radicalmente, aunque no podemos decir que
sus motivaciones y su forma de actuar se justifiquen y expliquen en el
desarrollo del argumento. Por último, señalar dos cosas; en el lado positivo, el
dúo formado por Santiago Segura y Carlos Areces debería tener su propia
película, y que su intervención aporta frescura cuando la trama denota cierto
desgaste; y en el lado negativo, los roles de Secun de la Rosa, Pepón Nieto y
Macarena Gómez, si bien no desentonan con el resto del argumento, también hay
que decir que no aportan nada y que podría prescindirse de ellos.
Para finalizar, hay que decir que si Álex de la Iglesia
sigue por este camino y pule el desvarío que suele producirse en los finales de
sus películas, nos obsequiará con esa obra maestra que llegará más pronto que
tarde.
Coincido contigo en que podría ser su mejor película si no desvariara tanto con su final. Sorprendentemente para mi la mejor interpretación de la película es la de Mario Casas.
ResponderEliminarPD: Dale duro al blog que esta muy bien.
SPOILER El monstruo y el final en el teatro me sobran un poco pero bueno, la primera hora de película es tan bueno que compensa. SPOILER Gracias por los ánimos!!
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