martes, 29 de octubre de 2013

"Gravity", experimenta el miedo


“El que no arriesga, no gana”

La frase, pronunciada por el personaje de Sandra Bullock, podría aplicarse perfectamente a lo que ha hecho Alfonso Cuarón con esta película. Más de cinco años ha tenido que esperar el mexicano para poder hacer realidad “Gravity”, así que ya podemos decir que es la octava película del director mexicano. Antes que la película que nos ocupa hoy, Cuarón es conocido por “Y tu mamá también”, “Harry Potter y el prisionero de Azkabán” e “Hijos de los hombres”. 

La película cuenta la historia de dos astronautas en su último día de trabajo en el espacio antes de llegar a La Tierra, cuando sufren un terrible accidente que les deja aislados en medio del vacío más absoluto, por lo que tendrán que luchar para volver a casa.

Gravity, más que una película, es una experiencia. Por eso, si bien no soy muy partidario del 3D, considero que es imprescindible verla en este formato para poder disfrutarla/sufrirla en su grado máximo, y, si es posible, en una pantalla bien grande. Porque esta película se vive.


Cuarón consigue adentrarnos en el espacio exterior y hacernos partícipes en una experiencia única. A veces parece que estamos compartiendo espacio con Sandra Bullock y George Clooney, observando su labor de reparación, y que podemos incluso tocarlos.  Por ello hay que halagar la labor técnica de alguien que ha sido capaz de crear un ambiente tan terrorífico de lo real que resulta.

Resultan también ejemplares las técnicas narrativas que utiliza Cuarón para sumergirnos en esta historia, siendo el más claro ejemplo el plano secuencia. La película se abre con uno de 15 minutos de duración (trucos o no aparte) que logra hacer que sintamos fascinación ante semejante alarde.

En cuanto a la historia, como ha dicho el director, es muy lineal y sencilla (que no simple): dos astronautas sufren un accidente cuyas consecuencias parecen casi irreparables. La película no llega a la hora y media de duración, y en cierto modo se agradece, puesto que es tal el agobio y la angustia que sufrimos según se desarrolla la odisea de los dos protagonistas, que en algún momento de la proyección, más temprano que tardío, deseamos que acabe sólo para saber cuál es su incierto destino.


Respecto a los actores, únicamente vemos a dos en pantalla y oímos a otros tres, siendo uno de estos últimos el veterano Ed Harris. En cuanto a los dos primeros, George Clooney interpreta a Matt Kowalski, quien desde el principio, con sus anécdotas y bromas, destaca como alivio cómico de la tensión latente que está por venir, aparte de que es de esos pocos actores que te crees siempre, hagan el personaje que hagan. Sin embargo, Kowalski parece un personaje casi secundario al lado de la gran sufridora y perenne protagonista de la historia, la doctora Ryan Stone, interpretada por Sandra Bullock. Con esta actriz me pasa lo mismo que con Ben Affleck: que nunca me han parecido tan malos actores como siempre se les ha calificado, y por ello no entiendo esa actual “edad de oro” que se nos vende en los medios, igual que no me parece casualidad que la causa de que se les critique tanto sus anteriores trabajos sea porque estos están enmarcados en el género de la comedia. La actriz soporta muy bien casi todo el peso de la película y su doctora con trauma incluido es creíble desde el primer momento hasta el último.

"Gravity" es una película que no hay que dudar en ir a ver al cine y si es posible en 3D: la recompensa no tiene precio.

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