miércoles, 12 de marzo de 2014

“300: El origen de un imperio”, entretenida película carente de épica


"Peleas mejor que follas."

“300: El origen de un imperio” es la muy anunciada secuela de "300", la adaptación (o mas bien traslación) de la novela gráfica de Frank Miller que se convirtió en un exitazo, que caló más de lo que mucha gente cree en la cultura popular y que lanzó al estrellato a su director, Zack Snyder. Su secuela tenía muy difícil superar a su antecesora, cosa que no ha conseguido, quedando una entretenida película de aventuras.

Una de las desventajas con las que partía la original "300" era que había una obra previa que adaptaba. La película superó este reto, haciendo llegar a millones de espectadores la obra de Frank Miller y dando a conocer la odisea y valentía de 300 espartanos que desafiaron a todo un imperio. Si esta cinta tenía épica, carismáticos protagonistas y escenas que quedan en el recuerdo y frases que aún hoy perduran, la secuela no tiene nada de eso, pero la verdad es que en sus cien minutos de duración nunca aburre.


Aunque se nos venda como una secuela, “300: El origen de un imperio” cuenta una historia paralela que empieza antes y termina después que la aventura del rey Leónidas y sus soldados, llegando a cruzarse con personajes de la primera película, como Gorgo o Jerjes. Son estos pequeños detalles los que hacen que la relacionemos con la cinta de Zack Snyder, porque aparte de eso, podría haberse vendido como una película original y no relacionada con "300", y nos lo habríamos creído.

Cuando se decide hacer una secuela de una película, normalmente imperan dos razones: aportar algo más al universo descrito en la primera, o simplemente hacer dinero; y si me apuráis, el segundo motivo impera mucho más. La realidad es que no hacía falta aportar nada más a “300” por el simple motivo de que era una historia bastante cerrada. ¿Entonces el por qué de esta secuela? Creo que la razón es exprimir la gallina de los huevos de oro. Aunque esto que voy a decir suene un poco exagerado, "300" marcó un antes y un después en el cine de aventuras. Ahora han salido multitud de copias y herederas de su estilo; la mayoría malas y sonados fracasos (“Furia de titanes”) y algunas buenas (la serie “Spartacus”).


Los jefazos se creían que metiendo imágenes a cámara lenta, espectaculares luchas con bastante toque gore, algo de sexo y alguna frase que resuene en el cerebro de los espectadores. Para su desgracia, con eso no basta. Ninguna de las luchas es memorable, los personajes, salvo el de Artemisia, nos dan un poco igual y apenas empatizamos con ellos. El protagonista Temistocles  hace lo que puede, pero a lo largo de toda su presencia en el metraje no consigue la mitad de la mitad del carisma que tenía Gerard Butler en una sola escena.

Pero a pesar de lo dicho, no todo me parece malo. La película entretiene muchísimo y el metraje se pasa volando. La violencia descarnada hace que nos revolvamos en la butaca y nos lo pasemos como auténticos niños pequeños, e incluso nos alegra ver a alguno de los personajes de la primera cinta para saber cómo les va.

Respecto al reparto, el encargado de dar vida al protagonista Temístocles es Sullivan Stapleton, desconocido actor hasta ahora, al que habíamos visto en joyitas como “Animal Kingdom”. Stapleton hace lo que puede con un personaje que, si bien no es carismático, es de los que inspiran tal confianza que no dudarías en ir con él hasta la misma muerte, por lo que comprendes la fe que tienen en él sus soldados atenienses. Su enemiga es la cautivadora Eva Green, haciendo de la brutal Artemisia, quien, en la sombra, es la artífice del poder del que presume el imperio persa. Green rebasa sensualidad y brutalidad a lo largo de todo el metraje, y es ella lo mejor de la película. A ellos los acompañan viejos conocidos como Lena Headey, que repite brevemente como la reina Gorgo, y que además ejerce como narradora de la historia que se nos cuenta. También está Rodrigo Santoro como Jerjes, pero su presencia no es tan imponente como lo era en su antecesora, siendo aquí un dios mucho más terrenal.


El director es Noam Murro, que antes de la presente película sólo tenía dos largometrajes en su haber. Munro se dedica a copiar decisiones estilísticas de “300” como si con eso bastara para impregnar de épica un filme carente de toda ella. Por lo menos logra mantener el ritmo a lo largo de toda la cinta y no nos satura con batallas y muertos por doquier.

Por último, si buscas algo de la épica y carisma que te encantó en “300”, ésta no es tu película; por otro lado, si buscas entretenimiento a raudales y pasar un buen rato para dejar la mente en blanco, no lo dudes, “300: El origen de un imperio” es tu película y satisfará tus expectativas. 

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