"Sabes que nunca diría nada malo de tu padre delante de ti, pero es un enfermo hijo de puta."
"La gran estafa americana" es la última película de David O.
Russell, ganadora de tres Globos de Oro, (película, actriz principal y actriz
secundaria) y una de las favoritas para la Ceremonia de los Premios Oscar que
se celebrará el próximo 2 de marzo. Tanta nominación y galardón es un
excelente escaparate publicitario para que el público se acerque para sacar sus
propias conclusiones. Ahora bien ¿es para tanto la película? Mi opinión es que
estamos ante una película fallida, que no cumple las expectativas.
La película está inspirada (antes de empezar la película
vemos las palabras “algo de esto sucedió en realidad”) en un hecho real
ocurrido en la década de los 70, el caso Abscam, que acabó con la detención de
varios congresistas y senadores corruptos. El guión escrito por Eric
Warren Singer estuvo en la black list de 2011, lista que acapara los guiones
más interesantes no producidos (el de “Prisioneros” también figuró en esta
lista). Russell lo rescató del olvido y lo modificó a su antojo; si bien el
guión inicial trataba, sobre todo, la investigación policial, la reescritura de
Russell hizo que lo enfocase, sobre todo, hacia sus personajes, lo cual tiene su lado
bueno y su lado malo.
Los protagonistas son una pareja de estafadores, Irving y Sydney; la depresiva mujer de Irving; y un policía que atrapa a los estafadores en plena actividad y que hace un trato con ellos para que eviten la cárcel. Todos ellos se verán inmersos en una gran estafa al alcalde de Nueva Jersey para salir del pozo e intentar mejorar su situación actual. Ellos son lo más interesante de la función, sus miedos, sus dudas y sus debilidades y los que hacen que merezca la pena pagar la entrada para ver la película.
Entre los pros que tiene la película, que tiene bastantes,
se encuentran los personajes que protagonizan la cinta. Personas que están muy
jodidas, con multitud de problemas, ya sean porque ellos mismos se lo han
buscado, o simplemente son producto de las circunstancias; pero en resumen es
una historia de perdedores que, por una vez en su vida, intentarán ganar. ¿Lo
conseguirán?
Otro aspecto positivo a destacar es la espectacular ambientación de la
luminosa década, así como el vestuario y look para caracterizar a los intérpretes
(inimitable Bradley Cooper), una de las cosas más comentadas cuando empezaron a
circular noticias y fotos del rodaje. La banda sonora está plagada de temas de
la época que consigue adentrarnos en la purpurina de la pista del mítico Studio
54.
En el lado negativo, está una historia que apenas parece
tener interés. Ya he comentado que Russell cambió el guión para que el
desarrollo de personajes fuera más complejo, pero habiendo ganado profundidad éstos, la historia de la estafa que planean no tiene tanto atractivo como cabría esperar, y lo único
que se pregunta el espectador es cuál será el siguiente giro que de verdad nos
devuelva de nuevo a la acción. Tampoco ayuda el irregular ritmo de la cinta, a
pesar de que tampoco es muy larga (2 horas y cuarto).
Otra cosa que juega en desventaja es que se nos la haya
vendido como una comedia, ya que a pesar de tener algunas escenas bastantes
graciosas (las secuencias que abren la cinta), la
película parece que no acaba de encontrar su tono. Supuestamente es una
comedia, pero hay situaciones que se nos hacen bastante dramáticas que
finalmente acaban en carcajadas (la discusión de Irving y Rosalyn).
Por otro lado, hay que reconocer que cuando una cinta se
postula para unos premios tan importantes como son los Oscar, y ya ha recibido
unos cuantos premios, es lógico que en el espectador se genere una cierta
expectativa: la de ver un peliculón. En este caso las expectativas no han sido
acordes con lo visto en pantalla, aunque en absoluto estoy diciendo que sea
una mala película, no creo que sea merecedora de tanto halago y elogio, cuando
hay algunas muchos mejores que están ausentes (la citada “Prisioneros”).
Respecto al reparto, hay que decir que Russell vuelve a
conseguir incluir a su reparto en las cuatro categorías principales de actuación,
tanto en los Oscar como en los Globos de Oro. ¿Son merecidas las nominaciones? Hay
que matizar. Christian Bale y Amy Adams están colosales en sus respectivos
papeles como la pareja de estafadores. Christian Bale es el camaleón definitivo
del cine actual, perfilando a un Irving gordo, alopécico, tramposo, tímido y timador,
pero al mismo tiempo consigue resultar entrañable y tierno (cuando Cooper le despeina,
nos produce una mezcla de risa y compasión). Se mimetiza en su personaje y
desaparece en él. Por otro lado, Amy Adams nos entrega a un personaje del que es imposible no
enamorarse a los dos segundos de conocerlo. Su presencia, su voz y su sensualidad son armas
que utiliza para engatusar a sus víctimas, a Irving, a Richie, y finalmente, a los
espectadores. Yo le daría el Oscar.
En el apartado de secundarios, está un irreconocible Bradley
Cooper como el policía Richie DiMaso, de apariencia estrafalaria (la idea de
rizarse el pelo fue suya), interpretando un papel muy opuesto a
los roles de galán por los que consiguió fama. Buena interpretación, pero
excesiva su nominación. Lo mismo digo de Jennifer Lawrence, que tiene un papel
muchísimo más pequeño que el trío anterior, pero que, aún así, sabe como
encandilar al personal (genial el momento en el que canta "Live and let die" mientras hace limpieza doméstica), a pesar de que su personaje tenga muy poca relevancia
en la trama. También destaca un notable Jeremy Renner, el gracioso Louis C.K. y
un desfasado y temible Robert DeNiro con un personaje que es una sorpresa continua en sus
cinco minutos de aparición.
David O. Russell debería haberse consagrado con este film,
pero en realidad es un paso atrás respecto a las buenísimas “The Fighter” y “El
lado bueno de las cosas”. Mientras que en estas dos película mantenía el equilibrio entre personajes e historia, esta vez la balanza se ha decantado hacia los primeros, haciendo que la historia sea casi un mero relleno para observar sus vicisitudes. Lo que no se le puede negar que es un excelente
director de actores y que sabe sacar de ellos unos trabajos impresionantes.
Para finalizar, recomendar a aquellos que vayan a verla que
rebajen sus expectativas y sean modestos con ellas, es una película entretenida
con unos actores en estado de gracia, pero lo que es la historia, es bastante hueca. A lo mejor los distribuidores españoles se lo olían y por eso tradujeron
el original “American Hustle” por el impresentable “La gran estafa americana” (perdón por el chiste fácil).
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