miércoles, 5 de febrero de 2014

"La gran estafa americana (American Hustle)", brillantes fuegos de artificio


"Sabes que nunca diría nada malo de tu padre delante de ti, pero es un enfermo hijo de puta."

"La gran estafa americana" es la última película de David O. Russell, ganadora de tres Globos de Oro, (película, actriz principal y actriz secundaria) y una de las favoritas para la Ceremonia de los Premios Oscar que se celebrará el próximo 2 de marzo. Tanta nominación y galardón es un excelente escaparate publicitario para que el público se acerque para sacar sus propias conclusiones. Ahora bien ¿es para tanto la película? Mi opinión es que estamos ante una película fallida, que no cumple las expectativas.

La película está inspirada (antes de empezar la película vemos las palabras “algo de esto sucedió en realidad”) en un hecho real ocurrido en la década de los 70, el caso Abscam, que acabó con la detención de varios congresistas y senadores corruptos. El guión escrito por Eric Warren Singer estuvo en la black list de 2011, lista que acapara los guiones más interesantes no producidos (el de “Prisioneros” también figuró en esta lista). Russell lo rescató del olvido y lo modificó a su antojo; si bien el guión inicial trataba, sobre todo, la investigación policial, la reescritura de Russell hizo que lo enfocase, sobre todo, hacia sus personajes, lo cual tiene su lado bueno y su lado malo.


Los protagonistas son una pareja de estafadores, Irving y Sydney; la depresiva mujer de Irving; y un policía que atrapa a los estafadores en plena actividad y que hace un trato con ellos para que eviten la cárcel. Todos ellos se verán inmersos en una gran estafa al alcalde de Nueva Jersey para salir del pozo e intentar mejorar su situación actual. Ellos son lo más interesante de la función, sus miedos, sus dudas y sus debilidades y los que hacen que merezca la pena pagar la entrada para ver la película.

Entre los pros que tiene la película, que tiene bastantes, se encuentran los personajes que protagonizan la cinta. Personas que están muy jodidas, con multitud de problemas, ya sean porque ellos mismos se lo han buscado, o simplemente son producto de las circunstancias; pero en resumen es una historia de perdedores que, por una vez en su vida, intentarán ganar. ¿Lo conseguirán?

Otro aspecto positivo a destacar es la espectacular ambientación de la luminosa década, así como el vestuario y look para caracterizar a los intérpretes (inimitable Bradley Cooper), una de las cosas más comentadas cuando empezaron a circular noticias y fotos del rodaje. La banda sonora está plagada de temas de la época que consigue adentrarnos en la purpurina de la pista del mítico Studio 54.


En el lado negativo, está una historia que apenas parece tener interés. Ya he comentado que Russell cambió el guión para que el desarrollo de personajes fuera más complejo, pero habiendo ganado profundidad éstos, la historia de la estafa que planean no tiene tanto atractivo como cabría esperar, y lo único que se pregunta el espectador es cuál será el siguiente giro que de verdad nos devuelva de nuevo a la acción. Tampoco ayuda el irregular ritmo de la cinta, a pesar de que tampoco es muy larga (2 horas y cuarto).

Otra cosa que juega en desventaja es que se nos la haya vendido como una comedia, ya que a pesar de tener algunas escenas bastantes graciosas (las secuencias que abren la cinta), la película parece que no acaba de encontrar su tono. Supuestamente es una comedia, pero hay situaciones que se nos hacen bastante dramáticas que finalmente acaban en carcajadas (la discusión de Irving y Rosalyn).


Por otro lado, hay que reconocer que cuando una cinta se postula para unos premios tan importantes como son los Oscar, y ya ha recibido unos cuantos premios, es lógico que en el espectador se genere una cierta expectativa: la de ver un peliculón. En este caso las expectativas no han sido acordes con lo visto en pantalla, aunque en absoluto estoy diciendo que sea una mala película, no creo que sea merecedora de tanto halago y elogio, cuando hay algunas muchos mejores que están ausentes (la citada “Prisioneros”).

Respecto al reparto, hay que decir que Russell vuelve a conseguir incluir a su reparto en las cuatro categorías principales de actuación, tanto en los Oscar como en los Globos de Oro. ¿Son merecidas las nominaciones? Hay que matizar. Christian Bale y Amy Adams están colosales en sus respectivos papeles como la pareja de estafadores. Christian Bale es el camaleón definitivo del cine actual, perfilando a un Irving gordo, alopécico, tramposo, tímido y timador, pero al mismo tiempo consigue resultar entrañable y tierno (cuando Cooper le despeina, nos produce una mezcla de risa y compasión). Se mimetiza en su personaje y desaparece en él. Por otro lado, Amy Adams nos entrega a un personaje del que es imposible no enamorarse a los dos segundos de conocerlo. Su presencia, su voz y su sensualidad son armas que utiliza para engatusar a sus víctimas, a Irving, a Richie, y finalmente, a los espectadores. Yo le daría el Oscar.

En el apartado de secundarios, está un irreconocible Bradley Cooper como el policía Richie DiMaso, de apariencia estrafalaria (la idea de rizarse el pelo fue suya), interpretando un papel muy opuesto a los roles de galán por los que consiguió fama. Buena interpretación, pero excesiva su nominación. Lo mismo digo de Jennifer Lawrence, que tiene un papel muchísimo más pequeño que el trío anterior, pero que, aún así, sabe como encandilar al personal (genial el momento en el que canta "Live and let die" mientras hace limpieza doméstica), a pesar de que su personaje tenga muy poca relevancia en la trama. También destaca un notable Jeremy Renner, el gracioso Louis C.K. y un desfasado y temible Robert DeNiro con un personaje que es una sorpresa continua en sus cinco minutos de aparición.


David O. Russell debería haberse consagrado con este film, pero en realidad es un paso atrás respecto a las buenísimas “The Fighter” y “El lado bueno de las cosas”. Mientras que en estas dos película mantenía el equilibrio entre personajes e historia, esta vez la balanza se ha decantado hacia los primeros, haciendo que la historia sea casi un mero relleno para observar sus vicisitudes. Lo que no se le puede negar que es un excelente director de actores y que sabe sacar de ellos unos trabajos impresionantes.

Para finalizar, recomendar a aquellos que vayan a verla que rebajen sus expectativas y sean modestos con ellas, es una película entretenida con unos actores en estado de gracia, pero lo que es la historia, es bastante hueca. A lo mejor los distribuidores españoles se lo olían y por eso tradujeron el original “American Hustle” por el impresentable “La gran estafa americana” (perdón por el chiste fácil).

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