"¡Yo soy Groot!"
Se puede decir que esta vez Marvel se la ha jugado todo lo
que podría jugársela, ya que cualquier película que saque tiene muchas
probabilidades de acabar en éxito, aunque esta vez es diferente. No ha asegurado con una secuela de las muchas franquicias que tiene en curso, ni ha
apostado por el reinicio de algunos de sus personajes. Se la ha jugado con los
“Guardianes de la Galaxia”, y se puede decir que han ganado como nunca.
“Guardianes de la galaxia” no ha contado con el respaldo y
conocimiento popular que se tenía de personajes tan míticos como Spiderman,
Hulk o Los 4 Fantásticos. De hecho, ésta era la primera la primera incursión
cinematográfica de unos personajes a los que, de hecho, ni siquiera son superhéroes,
sino más bien casi todo lo contrario.
Peter Quill, alias Star-Lord, el humano del grupo, es un
saqueador que se dedica a recuperar reliquias que intenta vender al mejor
postor, hasta que encuentre una, un orbe
que encierra un poder tal como para dominar y destruir la galaxia, que servirá como macguffin de la trama. Gamora es una
aliada de Ronan, el villano que quiere dicho orbe, y para el que intentará
recuperarlo. Rocket y Groot, un mapache objeto de un experimento y un
extraterrestre con forma de árbol respectivamente, que intentarán capturar a Star-Lord para
obtener la recompensa que se ofrece por él. El último, Drax, es un preso que se aliará con ellos
para vengar la muerte de su familia matando a Ronan.
Estos personajes son el motor de la película, y a pesar de
no tener ni siquiera una idea preconcebida sobre ellos, al poco de aparecer en
pantalla se ganan la simpatía del espectador. Porque el gran acierto es que no
son personajes unidimensionales, y tienen más de una capa que la que en un principio podamos atisbar.
Por ejemplo, Rocket parece el típico animal pequeño y maleducado que suelta más
de cien chascarrillos por minuto. Y lo es, pero también tiene otras cualidades y un pasado que justifica su actitud actual,
como ése que sólo podemos intuir cuando Quill, en la cárcel, observa su espalda
desnuda.
Además, la película tiene espacio tanto como para la acción
más frenética como para el humor mas desenfadado, y lo mejor es que se llegan a
combinar en las mismas escenas. Sirvan como ejemplo la pelea en Xandar, la
huida de la cárcel, la persecución de las naves o el clímax final. Hablando de
esto, también es de agradecer que dicho clímax no adolezca de lo que suelen
padecer las películas de este tipo: más ruido, más explosiones, más peleas y
más duración: más cansino. La acción es efectiva, vibrante y nunca se llega a
hacer pesada.
Otro de sus grandes aciertos es la excelente banda sonora,
compuesta por temas tan míticos de los años 70 y 80 como el “Hooked on a
feeling” que salía en el tráiler, “Ain’t no mountain high enough” o “I want you
back” que suena en la escena más ____ (pon aquí el objetivo que creas
conveniente). Lo curioso es como esa banda sonora tiene importancia dentro de la película, una repercusión vital
para Quills, y no digo más para evitar el spoiler.
El reparto está integrado por Chris Pratt, quien encarna a
Star-Lord. Pratt derrocha carisma e ingenuidad a partes iguales. Su preparación
física, que le llevó a adelgazar 60 kilos y que le convirtió en puro músculo,
es encomiable. Zoe Saldana encarna a Gamora, quien a pesar de su fachada de
mujer dura logra convencernos de todo lo que su personaje tiene que hacer y por
qué lo hace. Y la mejor pareja de la película la forman Vin Diesel, encarnando a
Groot y Bradley Cooper encargándose de Rocket. Aunque no les veamos en persona (lamento no haberla
podido ver en v.o.s.) la captura del movimiento traduce el esfuerzo de
su labor. Por último y no menos importante está Dave Bautista encarnando a Drax,
que sorprende con su interpretación dada la poca experiencia previa que
acumulaba. En roles muy secundarios se dejan ver estrellas de la talla de
Benicio del Toro, Glenn Close, John C. Reilly y Michael Rooker.
El encargado de la puesta en escena, y del guión junto a
Nicole Perlman, es James Gunn. Gunn, que podría considerarse un debutante en un
tipo de producción tan megalómana pero que lleva ya casi veinte años en la
industria, consigue un peliculón que funciona como un engranaje de relojería, y logrando que lo difícil parezca muy fácil. Si dejan la secuela (y el control
creativo) en sus manos, ya tienen mi entrada.
Por último, si dudas de ver esta película de frikis
espaciales y crees que va a ser lo típico, te aseguro que no puedes estar más
equivocado. Cuando vi el tráiler no pensaba ni por asomo gastarme dinero en
ella, pero aquí estoy, recomendándoos fervientemente que invirtáis vuestro dinero en pasar las dos horas más entretenidas de este verano que ya se acaba.
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