"Todo en orden, ¿no?"
Tras cosechar magníficas críticas en el último Festival de
Cine de San Sebastián y llevarse uno de los premios gordos (mejor actor para Javier Gutiérrez), el pasado 26 de
septiembre llegó a la cartelera de nuestro país “La isla mínima”, la última
película de ese magnífico realizador que es Alberto Rodríguez y al que los
medios deberían dar más publicidad. Rodríguez, después de su incursión en el policiaco con la brillante “Grupo 7”, repite género y se supera,
entregando una brillante obra, negra como los crímenes que pueblan por ella.
“La isla mínima” cuenta la historia de la desaparición de
dos hermanas adolescentes en un pueblo de Andalucía durante la celebración de
la feria local. Dos policías de Madrid, bastantes opuestos, son asignados para
resolver el misterio y averiguar cuál es el paradero de las jóvenes. Si de
entrada no parece un caso sencillo, cuando lleguen allí descubrirán que las
cosas sólo pueden ir a peor, ya que los secretos de los habitantes y la poca
actitud cooperativa de los mismos dificulta aún más la resolución del caso.
Desde que salieron las primeras imágenes y tráilers, las
comparaciones con la magnífica serie "True Detective" no tardaron en aparecer. Es
verdad que es inevitable que las similitudes reluzcan: una pareja de detectives
que son como polos opuestos, un horrible crimen sin resolver, la acción se
desarrolla en una de las zonas denominadas de la España (o América) profunda
donde hay poco que decir y mucho que callar. Pero es que esos patrones y muchos
otros podemos encontrarlos en más del 50% del género policiaco, por lo que si
ha tenido algo de mala suerte la película de Rodríguez es que, dentro de un
lapso temporal muy corto, haya sido la segunda en aparecer.
La película ya impresiona desde los títulos de créditos
iniciales: unos preciosos planos cenitales que nos muestran desde gran altura
los hermosos paisajes dónde va a ocurrir esta historia ambientad en 1980. Pero
la película no acaba ahí; la oscura y hermosa fotografía impregna la película
de un tono malsano, donde pasamos del calor y humedad de los primeros compases
hasta la densa lluvia en la que se ubica el impactante clímax final. Es difícil
destacar secuencias o escenas aisladas, pues todo funciona como un engranaje de
relojería. Aparte del ya mencionado clímax final, resaltan los brutales
interrogatorios orquestados por el personajes de Javier Gutiérrez, la tensa
escena en la barca con los dos policías en un entorno claustrofóbico, la
persecución nocturna entre los coches y la demoledora conversación final que dota de un
nuevo sentido a lo visto hasta el momento.
En cuanto al fenomenal reparto, hay que destacar a Javier Gutiérrez,
que parece que va a llevarse unos cuantos premios esta temporada, por su
brillante interpretación de Pedro, el oscuro policía de incierto pasado y maneras poco
ortodoxas de llevar a cabo la investigación que se le ha encomendado.
Gutiérrez, alejado del registro cómico que le ha hecho conocido en España,
compone magistralmente un personaje único y cuya interpretación bien vale todos
los halagos y reconocimientos que reciba (y los que no, también). A su lado
está Raúl Arévalo, interpretando a la otra mitad de la pareja de agentes de la
ley que lleva el caso. Arévalo también compone un gran personaje, diaametralmente opuesto a su compañero pero también brillantemente diseñado (aquí no hay blancos ni negros, siempre grises) pero que no
llega a los niveles de Gutiérrez. En papeles menores pero cruciales en la
historia, brillan Antonio de la Torre, como es costumbre, Nerea Barros, como la
afectada madre de las jóvenes desaparecidas, Jesús Castro, que tras el éxito de
“El Niño” vuelve a participar en un tenso thriller, y Manolo Solo, como ese
deleznable periodista conocido en su familia como un remedo de Truman Capote.
El encargado de la puesta en escena, y que también coescribe
el guión junto a su habitual guionista Rafael Cobos, es Alberto Rodríguez. El sevillano
demuestra mano de hierro en sus dos facetas, traduciendo un guión de hierro en las imágenes de la película, cuya magnifica fotografía a cargo de Álex Catalán define el
tono, el paisaje y hasta a los propios personajes. A pesar de no ser candidata
para representar a nuestro país en los próximos Oscar, seguro que es aspirante
y favorita para triunfar en la siguiente edición de los premios Goya.
Para finalizar, recomiendo a todos aquellos que aún no se hayan acercado al cine a ver a esta negrísima historia que trata una parte de nuestra historia, que vayan a verla y se sumerjan (o padezcan, siempre en el buen sentido) en el relato de la amarga desaparición de dos jóvenes andaluzas, cuya explicación es de las que le revuelven a uno el ánimo y el día. ¿Qué la disfruten?
Para finalizar, recomiendo a todos aquellos que aún no se hayan acercado al cine a ver a esta negrísima historia que trata una parte de nuestra historia, que vayan a verla y se sumerjan (o padezcan, siempre en el buen sentido) en el relato de la amarga desaparición de dos jóvenes andaluzas, cuya explicación es de las que le revuelven a uno el ánimo y el día. ¿Qué la disfruten?
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